
Antes de llegar al baño, vino a clase corriendo y dijo: "¡¡¡¡Una culebra!!!!!"
Le dijimos que no nos lo creíamos. Él respondió: ¡Mirad!
Cuando la vimos empezamos a gritar:
Fuimos Alberto y yo a por el cepillo de barrer y, al final, entre los dos la atontamos y la tiramos, barriéndola, al contenedor de la basura. Bueno, la cogió Alberto con la mano y la tiro al contenedor. Y así acaba mi anécd
ota.

Espero que os haya gustado.
Muy bien atontada esa culebra y muy bien contada esa anécdota. Ya estoy deseando ir a visitar esa fantástico pueblo donde las culebras van al cole... Un abrazo, Álvaro y ánimo con el blog a todos.
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